#Tomarconciencia
#filosofiayporotos
A raíz de varios polémicos videos que vienen circulando en internet como, por ejemplo:
- -El contenido de una lata de atún desmenuzado enjuagado que se convierte en "lanilla" o algo similar a la fibra de vidrio
- -la “cera” que recubre a algunos frutos
- -los salmones de las piscifactorías empachados de antibióticos y colorantes, etc
Cabe preguntarnos qué comemos cuando comemos.
Tomar conciencia de que "somos lo que comemos" no es un tema menor en una sociedad que hoy por hoy tiene a la obesidad, la diabetes y muchas enfermedades autoinmunes como endémicas. Una enfermedad endémica es aquella que afecta a un gran porcentaje de una población, pero también que ocurre a repetición.
Y es lo que está sucediendo con nosotros gracias a la pobre alimentación que sostenemos que "llena" pero no nutre, pues está cargada de químicos, y de calorías vacías.
Por no adentrarnos en el tema de los daños causados por el glifosato, los cultivos transgénicos, la industria láctea…
Leo a diario que la alimentación saludable es más costosa.
Es cierto que hay ingredientes que son un poco caros, como el aceite de coco, los frutos secos, las harinas de molienda integral artesanal, los aceites de oliva de primera prensión en frio….
Pero… dicho sencillamente: prefiero poco y bueno, antes que mucho y malo.
Pues la salud no tiene precio.
Y lo que hoy creo que es "barato" será caro para mí salud en 5, 10 años.
"Que tú alimento sea tu medicina", dijo Hipócrates el padre de la medicina 5 siglos antes de Cristo.
Como huertista aficionada, sé muy bien el proceso y el valor que tienen mis pequeños vegetales en maceta, cuánto cuidado y vigilancia debo observar con ellos, que no les falten nutrientes, ni riego, que haya otras plantas asociadas para atraer las plagas y distraerlas asi de mis pequeñas lechugas y tomates, etc. Todos los días aprendo de los ciclos de la naturaleza y su sabiduría y, con eso en mente, puedo decir que, si supiéramos lo que le cuesta al pequeño productor su pequeña producción de centeno orgánico, oliva de primera prensión en frio, frutas sin agrotóxicos, etc., entenderíamos que la mayoría de las veces, casi casi que no compensan en dinero todos sus esfuerzos.
Lo que hoy invertís en alimentos nobles, muy probablemente mañana lo vas a ahorrar en la industria farmacéutica.
Conclusiones:
- 1-Busquen ingredientes nobles si quieren que su salud lo sea.
- 2-Preferible poco y de calidad, antes que cantidad de basura: Lean las etiquetas. El 70 por ciento de lo que se vende en supermercados contiene o soja o maíz genéticamente modificado, o ambos. Y esto no es solo una declaración casi “romántica” y anti sistema: la soja tiene poderosos disruptores hormonales, uno de los derivados del maíz, el JMAF (Jarabe de Maíz de Alta fructosa) está presente sin que se den cuenta en muchísimos artículos, y puede disparar una resistencia a la insulina por solo citar uno de sus efectos nocivos.
- 3-Los químicos sólo le sirven a la fábrica para abaratar costos. Imagínense el costo para nuestro organismo.
- 4- Cocinen con frutas y verduras de estación: aprovechen la sabiduría de la naturaleza: si los cítricos están disponibles en invierno es precisamente porque nuestro organismo necesita en invierno reforzar su ingesta de vitamina C, por ejemplo.
- 5-Comprendan que esto no es una competencia sobre quién compra más cosas sino un camino hacia lo saludable.
- 6-Simplifiquen: no complicarse es el modo más certero de no abandonar (la alimentación saludable y todo en la vida).
- 7- Adapten: sean creativos, experimenten con otros ingredientes, otras formas de cocción, otras combinaciones de alimentos. Anímense a CREAR.
- 8-Coman cuando sientan hambre. No cuando sientan aburrimiento o ansiedad. Créanme que la absorción de nutrientes es completamente diferente en todos los casos.
- 9- Honren los ingredientes que eligen: si van, por ejemplo, a comprar un pollo de campo, aprovechen absolutamente todo.
- 10- Infórmense sobre el origen y procedencia de lo que compran: emprendimientos pequeños suelen contar con una tradición familiar de procesos de elaboración que privilegia la nobleza de los ingredientes.
Deseo que esta publicación sea un llamado a la reflexión sobre qué futuro alimentario queremos para nosotros y nuestros hijos **